DISTRIBUCIONES DE PROBABILIDAD EN JUEGOS DE AZAR.
Modelos Teóricos e Ideales sobre la Distribución de la Probabilidad:
Cuando en un
juego de azar se realizan
sucesivamente numerosas jugadas
o cuando en un «experimento
imperfecto» se realizan
numerosos ensayos consecutivos,
entonces se observa que los
resultados o los eventos
posibles que pueden aparecer en esos
juegos de azar o en esos
experimentos ocurren de cierta
manera que es catalogada como
«Aleatoria» (más bien de manera
accidental, compleja o bajo
grados de incertidumbre que no
permiten anticipar el resultado
dentro de los postulados de la
ciencia determinista), y además
esos resultados o eventos pueden adoptar una determinada
Frecuencia o Distribución de
ocurrencia y de repetición a lo
largo de una serie larga de
jugadas o ensayos.
Los científicos
no se conforman con registrar,
medir y
describir ese tipo de
Aleatoriedad empírica que puede
observarse en los resultados que
producen los juegos de azar o los
experimentos imperfectos que
transcurren en el mundo real, y
por eso desde el mundo abstracto
de las matemáticas siempre han
propuesto el uso de unos
Modelos Teóricos que
permiten representar de forma
ideal las diversas maneras como
los distintos resultados de un
juego de azar o de un
experimento imperfecto deben
aparecer o distribuirse a lo
largo de una serie larga de
ensayos o jugadas, y esos
modelos ideales propuestos sobre
la manera como se debe
distribuir la aleatoriedad de
los resultados aparecidos en una
serie larga de ensayos son una
herramienta muy útil para hacer
un mejor acercamiento
descriptivo al real
comportamiento de los juegos de
azar o de los experimentos
imperfectos.
En otras
palabras, los modelos teóricos
propuestos sobre las diversas
maneras como se debería
distribuir la ocurrencia de los
resultados de un juego de azar o
de un experimento imperfecto son
una especie de límite ideal
construido en el mundo de las
matemáticas, que sirve como un
patrón o un arquetipo para
describir la probabilidad de
ocurrencia que pueden tener los
numerosos resultados posibles de
un juego de azar o de un
experimento imperfecto, los
cuales al ser agrupados en una
serie larga de ensayos
consecutivos conforman una
especie de Población o Muestra
que también puede ser analizada
desde la óptica de la
estadística. A esos modelos
teóricos o límites ideales sobre
la forma de ocurrencia de los resultados
aleatorios se les conoce como «Distribuciones
de Probabilidad», pues esos
modelos ideales a partir de
ciertos datos o parámetros
conocidos permiten establecer
cierta distribución en la
ocurrencia o la repetición de
los distintos resultados o
eventos que puede arrojar un
juego de azar o un experimento
imperfecto, y al establecer esa
distribución simultáneamente
introducen la distribución de
las probabilidades matemáticas
de ocurrencia que le corresponde
a cada resultado o evento
posible, los cuales al ser
agrupados con otros resultados o
eventos aleatorios similares forman
una Población o
Muestra que puede ser analizada
desde la óptica estadística.
En síntesis, una
distribución de probabilidad es
un modelo teórico e ideal que,
condicionado bajo ciertos datos
o parámetros conocidos, sirve
para representar la distribución
de la probabilidad de ocurrencia
que le corresponde a los
distintos eventos o resultados
aleatorios posibles que
conforman una Población
o Muestra
analizada. Esto implica
que no se debe perder de vista
que todo modelo teórico no es
más que una simplificación
ideal de la realidad, y por
tanto al trabajar con una
determinada distribución de la
probabilidad hay que tener en
cuenta si la misma modela o no
de forma correcta y aproximada
el verdadero comportamiento
aleatorio de los diferentes
fenómenos que ocurren en el
mundo real.
Variables Aleatorias Discretas y Variables Aleatorias Continuas:
Cuando
matemáticamente se establece la
existencia de una Población
conformada por numerosos eventos
posibles, aleatorios e
independientes entre sí,
entonces se afirma que una
variable X es aleatoria
si dentro de esa Población puede
adoptar cualquier valor de los
numerosos eventos que la
conforman, lo cual también
implica que la variable asume la
respectiva probabilidad de
ocurrencia existente para el
evento adoptado. En este caso se
dice que la Variable es
Aleatoria porque su valor no
es fijo ni conocido de antemano,
sino que puede variar
aleatoriamente en función a la
manera como se distribuye la
probabilidad de ocurrencia de
los eventos
dentro de esa
Población analizada.
Al respecto en el campo del Cálculo de
Probabilidades y en el campo de
la Estadística se señala que
existen dos tipos de Variables
Aleatorias bien diferenciadas:
las Variables Aleatorias
Continuas y las Variables
Aleatorias Discretas. Ambas
implícitamente hacen referencia
a dos modelos ideales distintos
sobre la forma como se puede
distribuir la probabilidad de
ocurrencia de los eventos
aleatorios.
Así, si en una
Población de eventos se analiza
una característica que al ser
medida puede asumir infinitos
valores intermedios ubicados
entre cada valor entero
significativo de la escala
numérica (1, 2, 3, 4 ...
etc.), entonces se dice que la
Variable Aleatoria X
es
Continua, porque en tal
caso X
puede asumir cualquiera de esos
infinitos valores que
se agrupan
formando necesariamente un intervalo numérico
continuo.
Por ejemplo, en
una ciudad cualquiera puede ser
desconocida la manera como está
distribuida la talla corporal
entre todos sus habitantes, y en
tal caso la variable X siempre será continua,
ya que si se hace una medición
exacta de la talla de algunos
habitantes de la ciudad
seleccionados al azar, entonces
X podrá asumir infinitos
valores ubicados en un intervalo
numérico: un habitante puede
medir 1.700 milímetros, otro
puede medir 1.700,22 milímetros,
otro quizá mida 1.700,51
milímetros, y otro 1.700,99
milímetros,
etc. La
variable X también es
continua cuando se miden
fenómenos tales como la cantidad
de voltaje que consume un
aparato, la cantidad de
radiación que desprende
un material radiactivo, la
temperatura del medioambiente,
la cantidad de lluvia o de nieve
que caen en una región, el tiempo
que necesita cada persona para
completar una tarea, etc.,
porque en todos estos casos las
mediciones de la variable no necesariamente
adoptan valores enteros
significativos
(1, 2, 3, 4 ... etc.), sino que
generalmente asumen los
infinitos valores intermedios de
un intervalo continuo: 1,145
...1,502 ...1,666 ...
1,786...etc.
En cambio, si en
una Población de eventos se
analiza una característica que
al ser medida sólo puede asumir
un conjunto finito de valores
enteros significativos de la
escala numérica (1, 2, 3,
4 ... etc.), entonces se dice
que la Variable Aleatoria
X es
Discreta, porque en tal
caso X
sólo puede asumir valores
numéricos aislados que se
agrupan de forma escalonada y
sin formar un solo intervalo
continuo.
Por ejemplo, en un ciudad
cualquiera puede ser desconocida
la manera como está distribuida
la cantidad de hijos que tiene
cada familia, y en este caso la
variable X siempre será
discreta, pues cada familia sólo
puede tener 0, 1, 2, 3 o más
hijos hasta llegar a cierto
número entero finito, y por
tanto la variable X sólo
puede adoptar cualquiera de esos
valores enteros finitos, pues en
este caso resultaría absurdo e
imposible afirmar que una
familia puede tener «infinitas
fracciones de hijos»: por
ejemplo, tener 0,0002 hijos, o
tener 1,23 hijos, o tener 2,08 hijos,
o tener 6,26 hijos, o
tener 3/4 de hijo, etc. La
variable X también es discreta
cuando se miden fenómenos tales
como el número de nacimientos o
de defunciones que ocurren
anualmente, o el número de
libros sobre la temática de la
superación personal que hay en
una biblioteca, o el número de
televisores encendidos en los
hogares de una
ciudad a las 7:00 p.m., o la
cantidad de personas que en un
supermercado prefieren adquirir
el producto Y en vez del
producto Z, etc., porque
en todos estos casos las
mediciones de la variable
X necesariamente adoptan valores
enteros significativos y
escalonados: 1 ... 2 ... 3 ... 4
... etc.
Comprendiendo las Distribuciones de Probabilidad Continua:
Cuando una
Población analizada está
conformada por eventos
aleatorios que al ocurrir pueden
adoptar
infinitos
valores intermedios ubicados
entre cada valor entero
significativo de la escala
numérica (1, 2, 3, 4 ...
etc.), entonces se dice que el
comportamiento aleatorio de esa
Población se rige por un modelo
ideal de
Distribución de Probabilidad
Continua. Esto equivale a que
los valores de la probabilidad
de ocurrencia de cada uno de los
eventos que conforman esa
Población al ser representados
en un plano de coordenadas
cartesianas siempre aparecerán
unidos
entre sí formando una línea
continua (generalmente curva).
En otras palabras, si en un
plano de coordenadas cartesianas
se ha representado una Distribución de
Probabilidad
Continua, que implica que la
variable X puede adoptar
cualquiera de los infinitos
valores de los intervalos
ubicados sobre el eje horizontal,
entonces eso equivale a que la
probabilidad de ocurrencia de la
variable X también puede
corresponder a
cualquiera de los infinitos
valores numéricos existentes
entre 0 (Improbable) y 1
(Altamente Probable), así: 0,000001, o
0,000123, o 0,002345, o
0,060987, o 0,111111, o
0,398754, o 0,609821, o
0,999999, etc.
Como se observa
en la anterior imagen, cuando se
trata de una Distribución de
Probabilidad Continua
generalmente su representación
gráfica corresponde a una línea
curva continua, como ocurre con
la denominada Campana de Gauss
que sirve para representar la
probabilidad de una variable
aleatoria dentro de la
denominada Distribución Normal
de Probabilidad.
La anterior
gráfica muestra que en una
Distribución de Probabilidad Continua la variable
aleatoria X
puede adoptar infinitos valores
sobre el eje horizontal,
y por eso los valores correspondientes a
la probabilidad de ocurrencia de X se
representan mediante una línea curva
continua como la de color verde
que aparece en la gráfica. Si
sobre el eje horizontal del
gráfico la variable aleatoria X
puede adoptar un determinado
valor ubicado en el intervalo
sombreado comprendido entre los
puntos a
y b, entonces la Distribución
de Probabilidad Continua
permite determinar con exactitud
cuál es el respectivo valor de
la probabilidad de ocurrencia que le corresponde a
X dentro de ese intervalo
delimitado por
la línea curva continua de color
verde, valor de probabilidad que
siempre corresponderá a
cualquiera de los infinitos
valores ubicados entre 0
(Improbable) y 1 (Altamente
Probable).
Comprendiendo las Distribuciones de Probabilidad Discreta:
Cuando una
Población analizada está
conformada por eventos
aleatorios que al ocurrir sólo pueden
adoptar
valores enteros
y
significativos de la escala
numérica (1, 2, 3, 4 ...
etc.), entonces se dice que el
comportamiento aleatorio de esa
Población se rige por un modelo
ideal de
Distribución de Probabilidad
Discreta. Esto equivale a que los valores de la probabilidad
de ocurrencia de cada uno de los
eventos que conforman esa
Población al ser representados
en un plano de coordenadas
cartesianas siempre aparecerán
separados entre sí, de manera
escalonada o con saltos entre un
valor y el otro, sin formar
una línea continua.
En otras palabras, si en un
plano de coordenadas cartesianas
se representa una Distribución
de Probabilidad Discreta, que
implica que la variable X
sólo puede adoptar cualquiera de
los valores enteros y
significativos ubicados sobre el eje horizontal
de la gráfica,
entonces eso equivale a que la
respectiva probabilidad de
ocurrencia de la variable X
sólo puede corresponder a un
único valor existente entre 0
(Improbable) y 1 (Altamente
Probable).
Como se observa
en la anterior imagen, en las
Distribuciones de Probabilidad
Discreta la variable X
sólo puede adoptar un número
finito de valores, y del mismo
modo sólo existe un valor de
probabilidad de ocurrencia
específico para cada valor que
adopta X. En esta gráfica
sobre el eje horizontal se
representan los 11 posibles
puntajes que puede arrojar la
sumatoria de los puntos de las
caras de dos dados lanzados
simultáneamente sobre una mesa
(2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11,
12), y si la variable X
de forma aleatoria adopta
cualquiera de esos finitos
valores, entonces sobre el eje
vertical le corresponde un único
valor de probabilidad de
aparición, sin que estos últimos
valores puedan formar una línea
continua entre sí, pues están
distribuidos de manera
escalonada y sin que importen
los valores intermedios. De este
modo, si la variable X
sobre el eje horizontal adopta
el puntaje 2 (equivalente a un «ojos
de serpiente»), entonces a
esa valor sólo le corresponde
sobre el eje vertical un único
valor de probabilidad de
ocurrencia equivalente a: P =
1/36 = 0,0277 (de 36
combinaciones entre los puntos
de los dos dados sólo hay una
que produce el ojo de
serpientes). Y si la variable
X sobre el eje horizontal
adopta el puntaje 3, entonces a
ese valor le corresponde sobre
el eje vertical un único valor
de probabilidad de ocurrencia: P
= 2/36 = 0,0555 (de 36
combinaciones entre los puntos
de los dos dados sólo hay 2 que
suman 3 puntos). No existe la
posibilidad de que X
sobre el eje horizontal asuma un
valor intermedio ubicado entre
el 2 y el 3, es decir, no puede
asumir el valor 2,08 ó 2,1 ó 2,5
ó 2,99, etc., porque en este
caso la distribución de la
probabilidad alusiva a los
resultados que pueden arrojar
los dos dados se refiere a
valores discretos que no se
agrupan en un intervalo como
ocurre en las distribuciones de
probabilidad referentes a
valores continuos.
Diversos modelos ideales de Distribución de la Probabilidad:
Como ya se dijo
al comienzo, una de las
principales preocupaciones de
los científicos ha sido
construir modelos ideales o
teóricos de distribuciones de la
probabilidad que puedan
representar de forma aproximada
el comportamiento de los
diferentes fenómenos aleatorios
que ocurren en el mundo real. Es
por eso que existen varios
modelos ideales de distribución
de la probabilidad para
asignarle valores de ocurrencia
tanto a las variables discretas
como a las variables continuas,
y todos esos modelos intentan
describir en términos
matemáticos cómo es el «comportamiento
aleatorio ideal» de esas
variables dentro de los
numerosos resultados que pueden
arrojar determinados procesos o
fenómenos físicos considerados
aleatorios, ya sean procesos
naturales o procesos
artificialmente creados por el
ser humano (lo que implica
abarcar fenómenos espontáneos de
la Naturaleza, los experimentos
imperfectos de laboratorio, los
juegos de azar, las máquinas
tragamonedas, etc.).
Cada modelo
ideal de Distribución de la
Probabilidad se diferencia
entonces no sólo por el tipo de
fórmula que la define, sino
además por el tipo de variables
que puede emplear (discretas o
continuas), por las condiciones
o parámetros que usa para
asignar la probabilidad de
ocurrencia a cada variable, y
por el tipo de fenómenos
aleatorios del mundo real que
idealmente pretende describir de la manera más aproximada posible.
Así, entre las distribuciones de
probabilidad propuestas para las
variables discretas, las más
importantes son: la Distribución
Uniforme Discreta, la
Distribución Binomial o de
Bernoulli, la Distribución
Binomial Negativa, la
Distribución Geométrica, la
Distribución Hipergeométrica y
la Distribución Poisson. Y en el
caso de las distribuciones de
probabilidad propuestas para las
variables continuas, las más
importantes son: la Distribución
Normal (o distribución de
Gauss), la Distribución Uniforme
Continua, la Distribución Gamma,
la Distribución Beta, la
Distribución Weibull, la
Distribución Cauchy, la
Distribución Exponencial, la
Distribución LogNormal, la
Distribución T-Student, la
Distribución F de Snedecor y la
Distribución Chi-Cuadrado.
Entender y
aplicar una Distribución de
Probabilidad no representa mayor
complicación actualmente. En
efecto, desde mediados de los
años 80’s proliferan diferentes
tipos de hojas de cálculo para
los PC que permiten en cuestión
de segundos calcular el valor de
probabilidad de una variable
discreta o de una variable
continua dentro de una
determinada distribución de
probabilidad (Weibull, Beta,
Binomial, Chi−Cuadrado,
Exponencial, Gamma, etc.). En el
caso de la hoja de cálculo Excel
de Microsoft, ésta incluye guías
y tutoriales de ayuda que le
permiten al usuario calcular
fácilmente el valor probable de
una variable dentro de distintas
distribuciones de probabilidad
discreta o distribuciones de
probabilidad continua. Estas
hojas de cálculo constituyen una
importante herramienta
matemática para el jugador
profesional y le permiten
procesar estadísticamente en
cuestión de segundos las series
de resultados recolectados
respecto de una determinada mesa
de juego, para así calcular
fácilmente cuáles son las
probabilidades de ganancia
existentes al apostarle a la
expectativa de que un
determinado comportamiento
global del juego se mantendrá en
las jugadas futuras.
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